sábado, 1 de enero de 2011

Justificación

Justificación

(del planteamiento del problema, de la tesis que se sustenta, del método y los objetivos, así como de la denominación)


En el tema a tratar en este Blog, habremos de establecer este principio: “Creer todo, pero no creerle a nadie”.  Si suena contradictorio, es porque, efectivamente, ello es una contradicción, más no del orden lógico del lenguaje o pensamiento, sino de la lógica dialéctica de las cosas.

“Creer todo”, significa una consideración esencial: estar abierto a todas las posibilidades.  Pero dialécticamente, como parte de una contradicción, ello no significa ni “fe ciega”, ni culto al “pensamiento mágico y la metafísica”. “Creer todo, pero no creerle a nadie”, dialécticamente significa a su vez, desechar lo subjetivo; por lo tanto, “creer en todo” no en absoluto, sino en los términos de esa contradicción, tiene una restricción: “en tanto ello tenga un fundamento objetivo”.

Así, “no creerle a nadie”, no creer en ningún sujeto, es desechar lo subjetivo; y ya podremos prescindir de su testimonio, en tanto que aquello que nos muestra, no es sólo su palabra, sino la evidencia empírica objetiva del fenómeno, aceptándola nosotros por principio humano como una prueba de buena fe (y “fe” quiere decir “creencia”); es decir, creyendo en la honestidad del ser humano, no teniendo en principio por qué dudar y darnos a un engaño.

Más aún, no obstante la evidencia empírica objetiva (los hechos sensibles), sean un engaño deliberado; en tanto no descubramos el truco, bien podremos darlo por bueno; descubierta la engañifa, evidenciaremos el fraude al defraudador.  Pero, todavía más, ello es, porque no nos importa toda suerte de superchería y ramplonería de fraudes; para este Blog, resulta que también éstas cuentan, y positivamente.  No tanto por poner en evidencia lo que no debe ser (asunto moral irrelevante aquí), como contribuir ello al aspecto esencial: y lo esencial aquí, es la simple “posibilidad real de…”, que se esconde incluso detrás del fraude, que en su hecho mismo, en el jugueteo con la idea, reconoce esa posibilidad aún en una actitud nihilista.

El problema ha estado, hasta ahora (y ello se ha reiterado por diversos investigadores, pero aquí haremos un agregado a la explicación), en que el acrónimo de “Objeto Volador No Identificado”: el OVNI, se identifica subliminal e involuntariamente, en la condición misma de no-identificado y al mismo tiempo poseer un comportamiento aparentemente inteligente, con “Nave Extraterrestre”.  El objeto volador no identificado puede ser cualquier cosa (un pájaro, un avión, o supermán), que no asociemos a algo conocido; pero el OVNI, el acrónimo como concepto, dada su fuerza psicológica, equívocamente, adquirió rango de cosa concreta realmente existente, asociado a la posibilidad de…; y entonces, todo lo llamado específicamente “OVNI”, ha de ser, necesaria pero subjetivamente, “Nave Extraterrestre”.

Lidiamos, pues, con un fenómeno extraño altamente subjetivo, pero que, al mismo tiempo, conlleva dos aspectos fundamentales: 1) constituye no sólo un deseo o una necesidad existencial humana en abstracto, sino ello, en función de un juicio racional objetivo y concreto, por demás evidente: en el Universo, en su vastedad e infinita multiplicidad, no podemos ser un accidente, una casualidad; antes al contrario, la vida debe ser algo que ocurre por necesidad, inherente al Universo, debe abundar, y no estamos solos, no obstante las distancias en éste; y, 2) el fenómeno se enraíza en hechos reales, incluso históricamente dados, de alta extrañeza por su complejidad propia, y más aún asociada a las limitaciones del pensamiento humano.  Y muy posiblemente, en medio de las contradicciones humanas, es “el otro”, también jugando al Ajedrez.

No se trata, entonces, de obstinarnos en la verificación de la prueba; ello, para nosotros, es irrelevante, ya hay quien trabaja en ello eficazmente, y nos dotaremos de su apoyo en ello con los créditos correspondientes; por nuestra parte, dicha prueba la tomaremos como el simple hecho probable en la relación causal.  Pero al abordar este fenómeno, tampoco, ni partimos del principio de la duda escéptica, ni de la duda cartesiana sistemática; simplemente, lo hemos dicho antes, no dudamos; lo creemos y lo aceptamos, tanto más que somos testigos propios; en ello no hay acto de fe ninguno.  Aquí el método no es la duda en ningún sentido, sino el método hipotético-deductivo en la consideración de la posibilidad en el análisis de la relación causal de lo dado objetivamente.

El objetivo de este Sitio, es, pues, la consideración tanto de la simple “posibilidad de…”, ante un fenómeno extraño envuelto en un mundo de superchería y charlatanería; de la que, por necesidad, no sólo no seremos ajenos, sino, para ser en el medio, habrá que parecer, y deliberadamente nos investiremos en ello mediante el ofrecimiento del conocimiento en un asunto de comercio, haciendo una “ciencia-ficción sospechosa” que, en la duda, atenue las pasiones; como, a su vez, el objetivo, es la consideración de un fenómeno envuelto al mismo tiempo en el fraude, ya desafiante (desempeñando un importante papel) o bien protagónico, que se aprovecha de la ligereza del análisis, que en la mayoría de los casos, no podía sino ser así, y de lo que trataremos de eximirnos esperando lograrlo, y ya la práctica concreta hablará por nosotros.

El Blog recibe el nombre de “Identificados”, jugando no sólo con la idea del objeto volador ya identificado como “Nave Extraterrestre” en la posibilidad de que así sea (para el gusto de unos, y en la posibilidad de su acontecimiento cada vez más cercano), como con la idea, más profunda, filosófica en la teoría del Humanismo y el método científico de la modernidad e Ilustración, en la científica identidad del fenómeno antes desconocido; empero, a su vez, de la identidad propia como el posible reconocimiento, a partir del otro diferente no-humano, de nosotros mismos en nuestra condición humana.  Y más aún, del posible reconocimiento de nosotros mismos aún en el otro no-idéntico, pero con el cual, recíprocamente, nos identificamos.

Esperamos que esta justificación sea lo suficientemente explícita, e invite al lector a ser no sólo un asiduo consultante de su información, sino incluso un colaborador en algún sentido.

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