sábado, 1 de enero de 2011

"Todo Ocurre por Algo". Justificación (2)



<<Todo Ocurre por Algo>>. 
 Justificación (2)
Dr, Luis Ignacio Hernández Iriberri.


"Identificados", Revista de Exopolítica.

http://identidadexopolitica.blogspot.com/,

La Tierra; ≂19ºᵩN, 99ºλW 21 oct 10.


Entre tanto, cómo sorteamos los próximos dos años, sin que tengamos que acometer un acto anarquista al más puro estilo del siglo XIX (o, corriendo con mejor suerte, a partir de aquí, que un día nos veamos tiroteados por ahí), reservándonos para participar socialmente en esa insurrección.  Y es aquí donde entra aquella frase: <<Todo ocurre por algo>>.

Adentrarnos en la Exopolítica, ha estado pendiente ahí desde el año 2006 en que nos lo propusimos, y por más que en reiteradas ocasiones hemos intentado hacerlo ya de manera sistematizada.  La Exopolítica la ubicamos como parte de la ciencia de las Relaciones Internacionales, en esa parte última, extrema –más allá de lo que se denomina investigación básica, de punta o de frontera– que se da en algunas ciencias, en este caso a manera de metarelaciones internacionales; es decir, de ese campo complejo de las relaciones entre los nacidos aquí y los nacidos allá, tan diferentes el uno del otro, que los juicios, no sólo intelectivos, sino estéticos y de valor o morales, se hacen totalmente disímbolos no siendo fácil establecer su equivalencia.  Y ese problema metacientífico se entiende claramente en su naturaleza, cuando por los nacidos aquí, entendemos a los seres humanos; y por los nacidos allá, entendemos al otro como un posible ser extraterrestre.

Como se puede ver entonces sin dificultad, este es un campo complejo y delicado, el que nos ha sido difícil abordar, no sólo por la dificultad de suyo, sino porque, hasta ahora, otras cosas habían atraído nuestra atención prioritaria.  Hasta que nos quedamos sin empleo…; pero <<todo pasa por algo>>.

Contaré dos breves anécdotas cruciales para que se me entienda.  Los llamo: 1) el anécdota de la Astrología, y 2) el anécdota de la “Danza con los Vampiros”.

Respecto del primero, se refiere a que un día de 1995, cuando intentaba estudiar la Licenciatura en Filosofía, llegué muy temprano a la escuela, y en los barandales del piso superior estaba un compañero.  En el común saludo de “qué haces” o “a qué te dedicas”, éste respondió: “aquí, haciendo horóscopos…, de algo hay que vivir”.  Nos reímos, y lo entendí, estábamos sin empleo.  Al final de cuentas, recordaba a los Cosmógrafos Reales, a un Ticho Brahe, o al mismo Kepler, que para justificar el mecenazgo del rey, bastaba con que todas las mañanas le tuvieran en su signo zodiacal el augurio de las estrellas; un poco de psicología, otro de conocimientos acerca de los acontecimientos políticos y sociales, se le decía al rey lo que el rey quería oír, y luego todo era resolver las leyes del movimiento de los planetas.

El segundo anécdota es muy reciente, apenas quizá de julio de 2010; me encontré con un profesor al que hacía tiempo no le veía, y luego de saludarnos, en lo que iba implícito el “qué te has hecho”, “a qué te dedicas”, con cierta complejidad justificativa, al punto que llegaba, era que, gustándole eso que se llama el baile de salón (que en broma he llamado “Danza con los Vampiros” en alusión a la película en la que un Doctor investigador y su ayudante, teniendo por misión acaba con los vampiros, terminan danzando con ellos), así acabó enseñándolo y dando clases formales de ello.  Ahí lo importante fue su argumento central: “pienso que aquello que te gusta o de lo que sabes, tienes que acabar sacándole provecho”.  Y ese provecho lo sacaba, uno, legítimamente dadas las condiciones, haciéndole al astrólogo; y el otro, en la “Danza con los Vampiros”.

Y entonces me tocó mi turno; salí de la academia institucional porque ahí ya no había más qué hacer, y una gran cantidad de noticias de carácter exopolítico comenzaron a fluir en los medios de comunicación pública más comunes; es decir, sin que yo estuviese buscando nada: Ovnis en China que paralizan el aeropuerto; desclasificación de documentos secretos por diversos Estados acerca de la investigación OVNI; convocatoria a una reunión de notables, científicos, políticos, militares, religiosos, etc, en Estados Unidos, para formar una especie de Comité de Recepción de los extraterrestres; detención o rescate de una secta religiosa que se internó en el desierto, porque su líder, una mujer, afirmó que era para ser llevados por los “Seres de Luz”; una Conferencia de Prensa de varios militares alto mando, retirados, que revelan la intervención de ovnis durante los años cincuenta o sesenta en las bases de misiles a su cargo y la desactivación de los mismos; “filtración” de información de que la ONU había nombrado a la científica de Malasia adscrita a dicha organización encargada de la investigación del espacio, como embajadora ante la presencia extraterrestre; asunto luego públicamente “desmentido” en los medios, incluso televisivos.

Entonces ese asunto de que <<todo ocurre por algo>>, se tornó algo muy vivo; aquello de lo que era mi gusto y de lo que sabía, se daba en alternativa como un recurso de lo cual vivir.  Sólo que este recurso, a diferencia del los horóscopos o la enseñanza del baile, tiene sus propias peculiaridades para ejercerse.  El horóscopo es charlatanería pura, pero no expone de manera pública al astrólogo si éste no lo quiere, es charlatanería muy reservada, y si el compañero no me confiesa su ejercicio de astrólogo, jamás, al igual que sus ávidos lectores, lo hubiera sabido.  De modo que el problema esencial a enfrentar aquí, en la Exopolítica, directamente vinculada a la ovnilogía, es que, inevitablemente, si se va a vivir de ello, expone públicamente al exopolítico-ovnílogo; y no hay manera de eludir su asociación con la charlatanería…, y tanto menos aún, cuando el tema exopolítico se convierte en asunto de comercio.

Hay, no obstante, una diferencia notable entre hacer esto hoy, octubre de 2010, o haberlo hecho apenas a principios de este mismo año: el problema exopolítico como la consideración de la posibilidad de un encuentro con otra civilización, al ser “Top Secret” y un tema descalificado y satirizado por el Estado hasta hace poco, era campo fértil para la charlatanería, o para que lo que no lo fuese, pareciera serlo; más aún el tratamiento del tema, a lo que nos referiremos más adelante.  Pero en el curso del segundo semestre de este año, el tema ha comenzado a ser ampliamente reconocido por el Estado, incluso con la desclasificación de documentos, y hablar más ampliamente de la materia, comienza a ser caso serio.

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