sábado, 1 de enero de 2011

"Todo Ocurre por Algo". Justificación (1)

<<Todo Ocurre por Algo>>.
  Justificación (1)
Dr, Luis Ignacio Hernández Iriberri.


"Identificados", Revista de Exopolítica.

http://identidadexopolitica.blogspot.com/,

La Tierra; ≂19ºᵩN, 99ºλW 18 oct 10.


<<Todo ocurre por algo>>, es una frase que, por primera vez en nuestra vida (y ya demasiado larga), la estamos empleando.  No ha estado en nuestro léxico dada la carga metafísica que contiene, pues tras ella, pareciera haber un dejo de conformismo ante el gran Moros designando a cada paso la vida del ser humano, de modo que todo cuanto a él le ocurra, es por designio del mitológico Dios griego, el Destino, el gran Moros, por ello, incluso más poderoso que el mismo Zeus.

Pero…, por alguna “misteriosa razón”, ahora nos vemos en la necesidad de utilizarla.  Mas, por lo ya explicado, no podemos hacerlo sin antes explicar su sentido.  Que “todo ocurra…”, no tiene ningún problema, es dialéctica pura, es el devenir heraclitiano.  Pero que “…ocurra por algo”, ese por, como preposición, tiene que ser aclarado, pues rompe la natural lógica dialéctica en que el movimiento, siendo intrínseco a la naturaleza, el “por”, le adjudica un razón causal, incluso necesaria, y obliga a la pregunta acerca de cuál es, entonces, esa causa de todo…, y ello nos remite al Moros, a Zeus, a Dios, el cual, precisamente, lo designa todo.

Acudiendo al Diccionario de la Lengua, nos dice que la preposición “por”, pertenece al latín vulgar, que deriva del latín clásico, en el cual es “pro” (a favor de…), y quiere decir, en consecuencia, “para”.  Así, la frase en el título de este trabajo, está en el latín vulgar; pero en el latín clásico, diríamos: “Todo ocurre pro algo”, “todo ocurre para algo”.

Dejando entonces el sentido de la expresión en el latín vulgar para la metafísica y los asuntos del Moros, la haremos a un lado (no obstante conservaremos la morfología) y la asumiremos en su forma de latín clásico con pleno sentido dialéctico heraclitiano en que las cosas ocurren, y <<no pudiendo bañarnos dos veces en el mismo río”, unas cosas se reemplazan por otras, compensando.

Así se explica el por qué damos estos primeros pasos, finalmente, en el campo de la Exopolítica: <<Todo ocurre por algo>>.  Ahora bien, qué es lo que ha ocurrido.  Hasta fines de agosto de 2010, en el ámbito de la educación superior, pertenecimos a la academia institucional, incluso privada, dado que siempre estuvo vedada para nosotros la academia en el sector público.  En éste, por mafias con las que no conciliábamos; y en aquella, por simple necesidad económica, resuelta en el ámbito de nuestro gusto profesional.

Por muchos años, tantos como veinte, desde fines de los años ochenta, se comenzó a provocar un deterioro maquinado en la educación pública, a fin de favorece, con ello, la educación privada.  Y la educación pública, veinte años después, acabo hecha un asco.  Pero, veinte años después, con todos los privilegios, la educación privada acabó siendo el más cínico fraude, demostrando su inviabilidad para resolver lo que sólo puede estar en el ámbito público, por necesidad eminentemente social.  Con ello, la educación, toda, en este país llamado México, es un fracaso total y absoluto.  El Estado, lo que ofrece a los jóvenes en la educación, o es un fiasco mafioso, o es un fraude desvergonzado.  Y si la alternativa fuese dejar la escuela por el empleo, ya como trabajo asalariado o como autoempleo en un negocio, el Estado, simplemente, o no ofrece nada en el campo del empleo asalariado, o ve obstaculizado el autoempleo mediante burocracia, corrupción, y gangsteril extorsión y “venta de seguridad”.

Los jóvenes, particularmente los hombres, prácticamente ya han abandonado por completo las escuelas, y eso se ha traducido ya en un problema social.  Por un lado, para sostenerse, han en la escuela pública retardan los pagos quincenales hasta por meses, y en la escuela privada lo resuelven bajado los costos de colegiaturas a lo ridículo, pero ello no sin una implicación: la ominosa baja de salarios, hasta lo humanamente indigno, a los profesores y empleados escolares.  Pero, por otro lado, ahora los jóvenes están entre las bandas, en el mundo del narcotráfico, y apareciendo a diario tirados por aquí o por allá, ejecutados en una lucha de bandas por el control de zonas.  Las escuelas, pues, en particular las privadas de estudios superiores, están en el filo de la quiebra (y como referencia, en todo caso, estamos hablando en particular del Estado de Morelos).

Por tal razón, no aceptando esas condiciones de empleo en la educación privada que atentan contra toda dignidad humana, también nos hemos visto en la condición obligada de abandonarla.  Y ahora estamos en la condición de todo depauperado: no teniendo nada más que perder mas que la vida, ya puede ocurrir, y es urgente, el estallido social y la insurrección, que será la manera más digna de morir.

No obstante, considerándonos estudiosos y conocedores de este fenómeno social, entendemos que ello aún habrá de tardar, por lo menos, dos años más (y si ocurre, malo; pero si no ocurre, peor), y ya no hay vuelta a atrás, ocurrirá ya, poco antes o más después, necesariamente.  El sistema está agotado, no tiene más soluciones, y de frente está el fascismo ya despegándose desde hace un tiempo.  Lo que se va a vivir a no mucho, va a ser, como proyección multiplicada de lo que ya es, una barbarie social descomunal…, pero necesaria (por bárbaro que suene).  Ante ello hay que disponerse a morir en el primer tiroteo, hay que salir a la calle para ello, nada hay ya qué perder…, y si los jóvenes no lo saben, lo intuyen.  Sin opción de estudio o aún con ello, y sin empleo, su futuro está totalmente depauperado, no existe; sin posibilidad de responder por nada ni por nadie, sin poder establecerse y asumir responsabilidades al formar una familia, sin atadura alguna, pues, con ello el arreglo social está dado para lo que necesariamente ha de ocurrir ya.

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