Exopolítica

Exopolítica
[Imagen tomada por el autor de este Blog explorando el Universo
a través de esa Esfera Armillar del siglo XXI que es Sky Map,
integrado por las capturas del Telescopio Espacial Hubble.
En ella se ve, en la parte inferior, la estrella Vega, ά-Lyra,
y en la parte superior un desconcertante objeto en forma de disco
que nadie podría negar en su calidad de artefacto
de manufactura inteligente]

La nueva ciencia de la Exopolítica, tiene, en principio, dos vertientes: 1) la esencial consideración de la posibilidad de vida inteligente en el Universo, por lo cual el ser humano no es una casualidad, ni una excepción producto de la creación divina en un lugar especial; y, 2) la Ovnilogía, la consideración de la prueba en función de la evidencia empírica objetiva de la presencia de esa inteligencia extrahumana.

En esta página editorial general de este Blog acerca de la esencial posibilidad de la vida inteligente en el Universo, encuentra en la casuística OVNI una de las fuentes que por mucho tiempo se ha considerado como lo más importante para poder demostrar tal existencia de esa vida inteligente, que más aún, en consecuencia, está presente.

En este Blog, la casuística OVNI es sólo la evidencia empírica, tanto objetiva en las pruebas de imágenes, como subjetiva, dada en los testimonios, en la cual, ya por su evidencia o bien por la honorabilidad moral del testigo, se puede confiar, pero que, científicamente, aún ha de demostrarse; y entre tanto, formará parte de toda una serie de pruebas dubitativas, entre las cuales están, por ejemplo, el hallazgo de bacterias en meteoritos, o estructuras de apariencia no-natural en la superficie de algunos astros.

La posibilidad real de vida, e incluso de vida inteligente en el Universo, existe; la humanidad intuitivamente así lo ha considerado desde siempre (el pensamiento religioso, de suyo, se postula así, por supuesto, en cuanto a que esa inteligencia es de naturaleza divina); y ese principio de considerar tan sólo la posibilidad, obliga a derivar sobre su naturaleza, y sobre su consecuencias o implicaciones.  Cómo podrían ser esas otras civilizaciones inteligentes, no por cuanto su anatomía, sino en cuanto a cuáles serían sus consideraciones morales (es decir, su conducta consciente en su relación tanto entre ellos como para con los demás); cómo operará su lógica; los avances de su ciencia y de su tecnología.  Pero ello, a su vez, nos impone el colocar sobre la mesa la discusión de nuestra posible comunicación y encuentro, en cada una de las variables posibles, de manera que se preserve la naturaleza humana.

En nuestra opinión, no se tratará de negociar nuestra esclavitud como especie en caso de un encuentro con una civilización de mayor desarrollo, como tampoco de lo inverso.  Pero qué tanto seremos la alteridad los unos de los otros, o qué tanto los mutuos aliens exóticos e inintelegibles.  O más complejo aún, qué tanto todo ello verificará o no el pensamiento metafísico, ese mundo esotérico en el pensamiento religioso.  Y más aún, como humanidad enfrentamos el gran problema de nuestra conciencia en sí y para sí como tal; esto es, enfrentamos el problema no sólo de nuestra unidad, sino de nuestra identidad y propósito como especie; y ante ello, el problema subsecuente de que, en la situación de ese encuentro, quién ha de hablar por la humanidad; o dicho de otra manera, qué intereses reales son los que estarán presentes en ello; a quién y para qué servirá ese encuentro con todas sus posibilidades científico-técnicas, evidentemente, con todas sus implicaciones y consecuencias.

Es de todo ello que habrá de tratarse en esta temática en esta nueva ciencia denominada Exopolítica.