sábado, 1 de enero de 2011

Diversidad y Clasificación de los “Objetos Estelares α” (1/3)

Diversidad y Clasificación de los “Objetos Estelares α” (1/3)
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Identificados”, Revista de Exopolítica.
http://identidadexopolitica.blogspot.com/:
La Tierra; ≈19ºφN, 99ºλW; 28 feb 11.

Suprimimos el artículo anterior con esta misma fecha, por un error en la Tabla de datos (“la computadora”, ya saben, no ordenó en forma descendente todas las columnas, y la muy inteligente me revolvió todo).  Pero volviendo al punto, repetimos; los “Objetos Estelares α” que hemos venido comentando, decíamos, sean lo que fueren, así sea un entretenido ejercicio de clasificación de efectos de refracción de la luz, se hace obligado para entender el fenómeno mismo, pues no se produce en todos los casos de la misma manera.

En una diversidad de una veintena objetos, conjeturalmente observamos que lo más probable es que fuese un efecto óptico de refracción de la luz en el astigmático espejo del Telescopio Hubble; en consecuencia, consistentemente con la posibilidad de la refracción de la luz, empíricamente ordenamos los objetos según la jerarquía de magnitud aparente de las estrellas (en -1 y <1, en el rango =1, y >1) a las que aparecen asociados, y encontramos, en principio, 3 tipos claramente asociados a dicho brillo o magnitud aparente, siguiendo los criterios de la estructura en que se nos presenta cada objeto, de acuerdo a: 1) según el número de radios que dividen los discos en segmentos; 2) según su naturaleza aparentemente sólida u opaca, o transparente; 3) según la forma de su figura central; y 4) Estructura competa o incompleta.

Por el siguiente cuadro, en lo que se refiere a la concordancia de sus características en relación con la magnitud aparente de las estrellas, todas ellas la “α” de su constelación, a excepción de Rigel, β-Orión; y Hadar, β-Centauro; puede verse que de los 11 objetos relacionados, la constante en todos, es el que su disco aparece: a) opaco en los 11 casos, y b) completo, a excepción de dos casos (los objetos próximos a Rigel y Altair).  Luego, en cuanto a las características de la figura central, a excepción de otros dos casos (ahora los vinculados a Procyon y Hadar), en todos los 9 restantes, dicha figura es irregular, aun cuando tendientemente a ser la misma, siendo en esos dos casos excepcionales una figura compuesta de una estrella de cuatro picos de fondo, y circunscrita a un cuadrángulo, lo que queda más claramente definido en uno de los objetos (el asociado a Procyon).  Finalmente, en 7 de los 11 objetos, destaca en el cuerpo del disco dividiéndolo en segmentos, la estructura de 8 radios.


                                   

Por cuanto a los aspectos excepcionales; tan destacados como los más constantes en todos ellos; están los casos de los objetos de Alfa Centauro, Vega y Procyon, cuya estructura está formada de sólo 6 radios, siendo el caso más excepcional en este aspecto, el objeto asociado a la estrella Hadar, el cual tiene sólo 4 radios, afín a la figura central cuadrangular.

Todos tiene, hemos dicho, una apariencia opaca; luego, en 9 de los 11, su disco aparece completo:

 


Objetos de Sirio, Arcturus, y Alfa Centauro, las tres estrellas de magnitud aparente en -1.



 

Vega, Capella, y Vir, estrellas en magnitud aparente <1.

 


Procyon, Hadar, y Antares, estrellas en magnitud aparente <1.


Luego están los casos excepcionales por cuanto a su disco incompleto:

 

Rigel, β-Orión, y Altair, α-Águila, en magnitud aparente <1.


Y los casos excepcionales por cuanto a la diferencia en la figura central y número de radios (dato este último en que, por excepción, las importantes estrellas α-Centauro y Vega, también van a caracterizarse):

Que un defecto óptico en el Telescopio Hubble pueda generar tal diversidad imágenes, en un principio se nos hizo sospechoso, tanto más, que, como veremos en un próximo artículo, de por lo menos una imagen original que conseguimos como ejemplo de este defecto (y el cual explicaremos), no sólo hay, ciertamente, una distorsión que tiende a parecerse a lo que hemos llamado “Objetos Estelares α“, sino que, a la vez, esa imagen pierde la calidad en la nitidez, muy distinta a la que observamos en estos objetos.  Más aún, el defecto fue arreglado en 1993, por lo tanto, estas imágenes tendrían que ser anteriores a esa fecha, algo improbable precisamente por la nitidez; o, resultado de un defecto aún persistente; pero, y he que de momento nos continuó la sospecha, parecían no estar presente en todos los casos de todas las estrellas.  No obstante, en la hipótesis de que sea un efecto óptico, tal diversidad quedaba aún asociada a la jerarquía de la magnitud aparente de la estrella asociada; y, como veremos más adelante, resultó que, de algún modo, el efecto sí se producía en aún muy bajas magnitudes aparentes, confirmado el fenómeno como refracción de la luz en un efecto óptico en el espejo del Telescopio Hubble, y que, por lo tanto, a pesar de corregida la nitidez, la aberración astigmática del telescopio aun continuó.

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