sábado, 1 de enero de 2011

El Caso Más Destacado de los “Centinelas Estelares α“ (2/2).


El Caso Más Destacado de los “Centinelas Estelares α“ (2/2).
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Identificados”, Revista de Exopolítica.
http://identidadexopolitica.blogspot.com/;
La Tierra, ≈19ºφN, 99ºλW; 24 feb 11.

Ahora ahí estábamos, de frente a un Nuevo Mundo, y en lo que nos preguntábamos qué hacer y tratábamos de darnos una respuesta, dimos el siguiente paso obligado: si sobre el disco parecían haber estrellas antepuestas, de concoer la distancia, por lo menos a una de ellas, nos permitiría estimar la distancia a que estaría tal Nuevo Mundo.

Volvimos a la Esfera Armillar, y fuimos directo a conocer los datos de las estrellas sobrepuestas al objeto.



El objeto próximo a α-Lyra, en 7u Sky-Map; pueden verse hasta una decena de estrellas sobre el cuerpo de su disco, pero, con gran fortuna, por lo menos dos de ellas con datos conocidos: 1) HD 173052, de magnitud 8.4, y a una distancia de 348.432 parsecs (cuadrante superior derecho); y 2) HD 173086, de magnitud 6.6, y a una distancia de 72.78 parsecs (cuadrante inferior izquierdo, al filo del disco).


Como el valor de 1 parsec es de 3.258 años-luz, por la distancia de la primer estrella mencionada, el objeto en cuestión estaría a más de 1,200 años-luz de distancia.

En las distancias estelares, bastante lejano, pues la Estrella Vega está apenas a una distancia de 7.766 parsecs, o 25.3 años-luz; en la magnitud de las distancias de nuestra galaxia, relativamente, estaría bastante cercano.



En la imagen, en la parte inferior, un triángulo blanco representa el cono de observación actual del Telescopio Espacial Kepler, hacia un sector del ramal en la espiral del Brazo de Sagitario denominado Brazo de Orión; tal cono de observación abarca una distancia de apenas casi 2,000 años-luz, es decir, en el rango de la posible ubicación del objeto.


Y entonces surgió algo más.  La Tierra se desplaza en el Universo, arrastrada por el Sol, en un movimiento conocido como en dirección hacia el Apex, a 20 km/segundo, el cual es, aproximadamente, justo hacia la Estrella Vega.  Ciertamente a esa velocidad tardará mucho en llegar a tal objeto; pero el asunto no es ese, sino que el cono de observación del Telescopio Espacial Kepler, está, a su vez, en esa dirección.

El encanto del Nuevo Mundo, no obstante, no duró mucho, en el curso de los días siguientes, explorando otras regiones del Universo con la mirada entrenada en detectar tales estructuras, descubrimos más de una decena; habiendo, en todos los casos, una peculiaridad: todos esos objetos se encontraban próximos a las estrellas “α” de cada una de las constelaciones tanto del hemisferio norte, como del hemisferio sur.  Si un objeto era desconcertante, más de una decena perdían incluso credibilidad como objetos reales.  Sin embargo, la localización y distribución de tales objetos, planteaba una intensión aparentemente comunicativa.

Y entonces todo dio un giro.  No parecían ser, lógicamente, de ser reales, objetos casualmente ubicados, sino aparentemente posicionados en forma deliberada, estando en promedio a mil años-luz de distancia, alineándose respecto a la Tierra, tomando como referencia cada una de esas estrellas ubicadas éstas a no más de 50 años-luz.  Pero tampoco lo serían en el caso de ser, factiblemente, objetos virtuales; e incluso, de ser el efecto óptico producto precisamente de la refracción de la luz de esas Estrellas α, en un Telescopio Espacial Hubble, que en un principio tenía precisamente un defecto óptico, dado que en unos casos se presenta y en otros no.  Sin embargo, tampoco hemos encontrado imágenes recientes del Hubble, por ejemplo en este caso, de la Estrella Vega.

En los siguientes artículos, analizaremos ahora las características de los restantes objetos, con conclusiones profundamente desconcertantes, sean reales o no.

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