lunes, 11 de abril de 2011

¿Y si se Establece Comunicación con Otra Civilización, Entonces Qué…?

¿Y si se Establece Comunicación con Otra Civilización, Entonces Qué…?
Dr.Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Identificados”, Revista de Exopolítica.
http;//identidadexopolitica.blogspot.com/
La Tierra, 1 (φN, λW); 11 abr 11.

Hemos expuesto en un artículo anterior seriado en tres partes, los aspectos, a nuestro juicio, más esenciales y generales a considerar en el Protocolo Exopolítico; esto es, en el procedimiento a seguir en el caso del encuentro con otra civilización no-humana.

La situación prevista, hemos visto, es enormemente compleja, y las implicaciones extraordinariamente críticas para la humanidad, dadas las condiciones en que esta se encuentra actualmente.

Por lo tanto, poniéndonos en el caso más ideal de un posible encuentro en lo menos devastador, éste sería en un enlace de radiocomunicación con una civilización aproximadamente en igualdad de desarrollo que la nuestra; de hecho, como desde los años setenta se viene intentando lograrlo.  La distancia y el tiempo, mantendrían seguras tanto a una civilización como a otra; pero la certeza de que existiese otra civilización distinta, sin duda, impactaría enormemente en cada una.

En principio, aquello que alimenta la existencia de más de 6,000 millones de humanos: las religiones, tendrán que empezar a hacer ajustes (como de hecho ya lo han empezado a hacer), pero cada vez más difíciles de adaptar a la realidad; con lo que el primer impacto, será sobre las creencias.  Y, paradójicamente, tanto más impactante, cuanto más igualdad haya en el estado de desarrollo con la civilización contactada (una civilización que arribe a nuestro planeta, y por lo tanto con un alto nivel de desarrollo; y entre en contacto abierto, será, de inmediato, tomada por “seres divinos” por más de la mitad de la humanidad; todo lo cual pudiera ser muy “aparentemente concordante” con las Escrituras Sagradas de cada religión).

Pero, volviendo a la posible civilización lejana en igualdad de desarrollo y atrapada en su nicho igual que nosotros en el nuestro, nos enfrenta a otro tipo de problema, ciertamente, más mundano, y de ahí que éste sea el caso más ideal, por más aleccionador y menos dañino: ¿Quién controla la comunicación y el mensaje?

En principio, evidentemente, los científicos…, y los políticos…  Y ahí empieza el problema.  En manos de los políticos, el problema se convierte en asunto de Estado, y da lugar a la intervención de los militares…, y así, si ya estaba complicado, ahora lo estará hasta lo impenetrable.  Haciéndose asunto de Estado y de militares, luego habrá que preguntarse: ¿y de cuál Estado y de cuáles militares?  Sólo distinguir en que puedan ser éstos o aquellos o los otros, ya deja en claro que, de haber tal comunicación, nadie más se enterará, pasará a ser “Top Secret” desde los científicos en conocimiento (y lo cual implica que ya ahora lo sea).

Más aún, el que quede bajo el control, ya más que político por el Estado, militar, ello hace del caso no sólo un asunto de alta secrecía en el sentido de mantenerlo oculto, sino, en la definición de la palabra, segregado; esto es, de uso privilegiado para beneficio de unos cuantos (quien espere la “buena voluntad” para acatar el protocolo de la ONU de comunicarlo y etc-etc, es porque no está entendiendo nada de lo grave del caso).  Y he ahí que esos cuantos, no serán mas que los de siempre, “los del poder”, los grandes capitalistas mundiales; y ni siquiera toda esa clase social que representan.  Y ello, por supuesto, les dará aún más, un enorme poder.  Y este es sólo el caso más ideal y menos devastador.  Imaginemos el encuentro directo y la negociación entre esa civilización ultraavanzada, y el aparato militar de un Estado específico (si fuese con el Estado mexicano, saldrían huyendo aterrados, pero evidentemente que no será así…, sino con los que todavía son peores).

Nada pues, más profundamente adverso en estos momentos del estado en que se encuentra la sociedad humana, que un encuentro o una simple comunicación con una civilización extraterrestre (y pudiésemos especular en que no sólo esa comunicación, sino el encuentro y negociación misma ya se haya dado).  La única variante más atenuadora de todos esos efectos nefastos para la humanidad, sería que tanto esa posible comunicación, como el encuentro mismo, fuese lo más abierto posible.  Pero sólo pensemos por un instante en ello, y quizá ni así.

En esta última circunstancia se está jugando otro aspecto entre geopolítico y exopolítico, que ya se comenta entre los más entendidos del asunto en la Red Internacional: el espectáculo alienante de hologramas en el cielo y otros efectos perturbadores provocados por esos psicópatas drogados por la riqueza y el poder que tienen en su manos toda la ciencia y tecnología a su servicio, encaminado a establecer lo que ellos llaman: el “Nuevo Orden Mundial” (un asunto, incluso, genocida).

Así, la extraordinaria complejidad de la situación, tiene un factor más: ¿Y será verdad, o será mentira, cuando se de a conocer la comunicación, el encuentro, o la “invasión extraterrestre”?  Y tanto más compleja, que, incluso, nos las podrían “hacer ver”.

Sin duda, la humanidad ha llegado a un punto límite; por el lado que se examine, la cuestionante a que se llega, es la posibilidad misma de la continuidad de la especie humana.
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