sábado, 1 de enero de 2011

Volver al Futuro: Einstein y los OVNI. Artículo, 2010 (1/2).

Volver al Futuro: Einstein y los OVNI.  Artículo, 2010 (1/2).
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
"Identificados", Revista de Exopolítica.
http://identidadexopolitica.blogspot.com/
La Tierra; ≈19ºᵩN, 99ºλW; 28 oct 10.

En la historia de los “ovnis” ha habido opiniones al respecto de personajes eminentes; entre otros, está la opinión de Einstein, que hará unos cincuenta y cinco a sesenta años, opinando acerca de ello, dijo que eran: <<…astronautas del pasado que regresaban al futuro>>.

Dicho por Einstein, principal autoridad en los asuntos del espacio-tiempo, cuando el concepto de astronauta no se aplicaba aún a ningún ser humano, pues los vuelos tripulados, aun cuando ya se hablaba de ello, se iniciaron apenas cinco años después del fallecimiento de Einstein, tales “astronautas” bien pueden ser lo mismo humanos, que no-humanos.  Así, dicho en general, que la cuestión de los OVNI fuese: 1) de ciertos seres; 2) de ciertos seres moviéndose en el tiempo; 3) de ciertos seres moviéndose en el tiempo del pasado al futuro; 4) de ciertos seres moviéndose en el tiempo del pasado al futuro, y tiempo pasado del cual regresaban; y 5) por lo tanto, de ciertos seres que al moverse en el tiempo, no sólo lo hacen bidireccionalmente, sino, en particular, que siendo astronautas volviendo al futuro, resultan, en consecuencia, astronautas de nuestro tiempo presente (el futuro al que vuelven), del cual, en otro momento por alguna razón, habrían partido al pasado.

No está definido en el enunciado de Einstein si esos “astronautas”, “ciertos seres”, son “seres humanos”, y entonces, en consecuencia, si ello fuese así, sería una especie de reencuentro con nosotros mismos; o si dichos seres son “seres no-humanos”, otra civilización, o extraterrestres, que, en todo caso, estaría por aquí “de paso” al futuro (lo que, en ese sentido, carece de lógica consecuente).

Que Einstein hace sesenta años hablara de esto, sólo se explica por ser la autoridad que era en la materia de las dimensiones espacio-temporales; pero, treinta y cinco años después, en 1985, ello se convirtió en argumento cinematográfico en el filme: “Volver al Futuro”; donde los astronautas son seres humanos cuyo presente son los años ochenta, discurriendo la historia en un viaje al pasado, hacia 1955, a partir de donde el propósito es “volver al futuro”.  En la serie de tres películas, en la segunda se va al futuro del siglo XX hacia mediados del XXI; y en la última, el viaje en el tiempo ocurre moviéndose un siglo atrás hacia el siglo XIX.De 1985 a nuestros días, ha transcurrido un cuarto de siglo, cinco lustros, ¡veinticinco años!...  Hoy, 2010, sobre todo en la física cuántica, el asunto de los movimientos interdimensionales o el pasar de un espacio de tres dimensiones a otro (o al mismo, sólo que en otro momento), a través del movimiento en el tiempo como una cuarta dimensión, no sólo ya no es ciencia-ficción, sino hipótesis científica rigurosa y necesaria para explicar una gama muy amplia de fenómenos, entre ellos, como lo hiciera Einstein, del fenómeno OVNI.

Lo que queda resolver en la tesis de Einstein al respecto, es si tales astronautas serían humanos, o de otra civilización.  En la lógica del enunciado, como hemos visto, que fuese otra civilización, sólo tendría un sentido consecuente, pero muy significativo, si nuestro presente, el futuro al que regresan, no es “de paso”, sino escenario de un encuentro, que ya en otro tiempo, pero que en el proceso espacio-temporal está aún años delante de nuestro tiempo de principios del siglo XXI, ocurrió.  Ello sería, entonces, perfectamente posible.

Pero cabe, en ese enunciado de Einstein, la posibilidad de considerar que dichos astronautas fuesen seres humanos, que, desde el pasado (al que por alguna einsteniana y misteriosa razón fueron; y aquí se pierde la lógica consecuente ahora), vuelven al futuro, siendo éste nuestro presente.  Sin embargo, esa “misteriosa razón einsteniana”, se refiere a la teoría de la relatividad: <<astronautas del pasado, que regresaban al futuro>>…, pero su pasado, no el nuestro, en relación (y de ahí la relatividad), con nuestro futuro, no el suyo.  Nuestro espacio-tiempo en movimiento, visto en este instante de la segunda mitad del siglo XX y primera del XXI, visto pues, como un proceso, es un espacio-tiempo “presente-futuro”, y ese espacio-tiempo es, precisamente, a la vez, el pasado de dichos astronautas humanos.

Esta complicación se puede simplificar traduciéndolo de la siguiente manera: considerando sólo el espacio-tiempo absoluto (o sea, sólo el que es respecto a nosotros), dichos astronautas humanos, de donde provienen, es simplemente del futuro.  Pero esto nos enfrenta a una de las situaciones más crudas de la realidad ineludible de la historia de la especie humana tal como hasta hoy en día nos identificamos: su extinción.

No obstante, esa extinción, en esa lógica de las cosas, significa una transformación cualitativa de sí mismo, en una reidentidad de la misma especie en un nivel de desarrollo más avanzado.  Y todo esto, si, y sólo si, nuestra interpretación del enunciado de Einstein es correcto.  Y, por demás, no sería la primera vez que esto ocurre en la historia de la humanidad.

La última vez que ocurrió, fue hace entre cien mil y treinta mil años: cuando el llamado “Hombre de Cro-Magnon”, irrumpió en el ámbito del denominado “Hombre de Neanderthal”.  Aquel, pudo haber perseguido y matado a éste incluso sistemáticamente, pero ello no es la explicación necesaria de la extinción de este último.  Para que ello ocurriera, bastó únicamente la presencia de la variación de la especie humana más desarrollada, y todo lo demás sólo fue cuestión de tiempo.  Si los astronautas del pasado relativo o del futuro absoluto son de nuestra propia especie humana, estamos enfrentando, entonces, el mismo fenómeno que acaeció en el curso del período glacial Wrüm, y culminó hace diez mil años.  Pero, más aún, si dichos astronautas fuesen de otra civilización, el fenómeno del encuentro, a no mucho tiempo, podría no distar mucho de las mismas consecuencias; tanto más, en la medida en que la especie humana no se prepare para tal hecho.

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