jueves, 17 de marzo de 2011

"Resorteras"; Japón: ¿Furia de Placas Tectónicas, o Focalización de HAARP? (2/3)

Japón: ¿Furia de Placas Tectónicas, o Focalización de HAARP? (2/3)
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Identificados”, Revista de Exopolítica
http://identidadexopolitica.blogspot.com/
La Tierra; l (φN, λW); 21 mar 11.

Si el reciente caso de Japón ha sido un asunto de energía liberada en la tensión de las placas tectónicas, su discusión ya no es asunto de estas páginas.  Pero si ciertas cosas de comportamiento extraño[a], como las espirales formadas en el mar, una particularmente grande con un diámetro hasta de un centenar de kilómetros, nos han de servir como indicio de un tecnológicamente posible fenómeno inducido, entonces ello es asunto pleno de estas páginas de “ciencia-ficción sospechosa”.

La extensión del frente del tsunami, que va desde un poco al sur de Fukushima, hasta un poco más al norte de Miyagui, comprende la extensión desde los 37ºφN, hasta los 39ºφN, esto es, por unos 200 km lineales; cuando todo Japón se extiende desde los 30ºφN, hasta los 46ºφN, o sea, por una longitud de 1,600 km; por lo cual, lo afectado comprende sólo el 12% de los litorales del Océano Pacífico japonés, en su parte centro-norte.

Partiremos, pues, de considerar la conjetura de que el fenómeno haya sido una posible focalización de inducción, de la “Aurora Activa de Alta Frecuencia” (HAA, por sus siglas en inglés), de la cual, en artículo anterior, hemos explicado su funcionamiento.

El problema, entonces, habíamos dicho, sería: por qué Japón.  Ciertamente pudiera pensarse que, encubriendo la causalidad real, se eligió una zona altamente sísmica para confundir…, pero, por qué Japón.  Por qué no con cualquiera de los países de los desarrapados del mismo Cinturón de Fuego del Pacífico, pero en las costas de América Latina.  El caso es que, en el contexto de una posible conflictiva internacional, ninguno de esos países de desarrapados[b] cuenta; pero, en ese sentido, Japón es otra cosa, geopolíticamente, es punto clave en la estructura internacional.  Pero ahora lo que no cuadra, es el que, si el HAARP es de los Estados Unidos, cómo se iba a operar con un aliado tan importante frente a los chinos.

Armando y adicionando partes a la conjetura, otro contexto a considerar, es el económico, de hecho, la causa real de la conflictiva internacional en la competencia del capitalismo imperialista.  Por siempre, una manera del capital para atenuar la crisis; y hoy vivimos la crisis más severa de la historia del capital; ha sido el fabricar guerras: ello no sólo distrae a las masas del problema esencial, sino redirige la economía por cuanto a su producción y consumo militarista, a la vez que desahoga la sobreproducción de insumos civiles; y más aún, guerra en la que se hacen bonancibles negocios, y de la cual se obtienen dividendos desde colonialistas, hasta de monopolios de productos y mercados.

Desde los años noventa se vio que China se erigía como la siguiente gran potencia competidora, y entonces las baterías se enfilaron sobre el Centro de Asia, no por la posesión del petróleo de esta zona, sino para cortar el abasto del mismo a China desde el Cáucaso a través de Kazajstán, frenando su desarrollo industrial y económico-comercial (geopolíticamente, cierto es, ahí está el petróleo otra vez, pero no por el petróleo mismo como objetivo, sino como factor de otros aspectos más esenciales).  Pero, durante más de diez años se han dado, la Guerra del Golfo Pérsico, la Invasión de Irak, la Invasión de Afganistán, la desestabilización de Chechenia, las provocaciones de Israel a Jordania, Líbano y Siria, las amenazas a Pakistán y el asedio a Irán…, y sin la caída de éste, imposible para el imperialismo capitalista ir más allá de Afganistán.

Entre tanto, han ocurrido las propagadas crisis de 1994-995 de México, la de 1997 de Corea-Japón, la del 2000 en los mismos Estados Unidos, de donde empezó la gran crisis actual del capitalismo, pues luego vino la crisis del 2004 aquí mismo, y, agudizándose cada vez más el panorama, la crisis de 2008-2009 en este mismo país.  Tales crisis del capital son cíclicas, están en su naturaleza, paradójicamente, el capitalismo ha sido hasta llegar a ser lo que actualmente es, gracias a sus crisis; o más propiamente dicho, a la recomposición que ha logrado tras cada una de sus crisis.  A lo largo de la historia a partir de 1825, ese ciclo se ha venido acortando, de un lapso de hasta doce años que eran inicialmente, a apenas cada cuatro años que es hoy en día.  Basta saber sumar, para entender que el 2012 se prevé como momento de otra crisis, y aún mayor…, pero cuando todavía no se ha acabado de salir de la anterior.  Ante ese panorama de crisis económica, como de imposibilidad de detener a China como competidora en el mercado internacional, la guerra como “solución”, por iniciativa del capital, es inevitable.  Pero…, por qué Japón?

Japón ni petróleo tiene, y sus Plantas Nucleares ahora están destruidas (fue un sismo y un tsunami, pero el lenguaje que describe, involuntariamente, nótese, es de guerra); pero, esencialmente, no sólo su población está psicológicamente anulada (lo cual al imperialismo eso en realidad no es lo que ahora le importa), sino el que, principalmente, tanto su planta productiva, sus capitalistas, como su gobierno, no sólo en lo potencial técnico, sino en lo psicológico (más aún, cuando al parecer, fueron avisados de que ello ocurriría deliberadamente), están también anulados.  Pero…, por qué Japón?

Cierto, nada haría pensar que su principal aliado lo apuñalara por la espalda…, pero son capitalistas, y ahí no hay moralidad alguna que valga.  En ello sólo hay intereses político-económicos; y, en consecuencia, una posible hipótesis, sería que ahora Japón, como tras la II Guerra Mundial, se convierta en la vía de desahogo de la sobreproducción y de las nuevas inversiones de capital.  Cosa que, por lo demás, no se pudo lograr en Irak (y desde luego, éste, parte de los desarrapados del mundo).  “Solución mágica”.  Y esta versión hipotética no se contrapone, sino más aún, se complementa, con algo más esencial que a nuestro juicio está ocurriendo en el fondo, y que, sorprendámonos, involucra a Italia.

E involucra a Italia, no por el renacer cuasi esotérico del “Eje Berlín-Roma-Tokio” (espero); sino por una casualidad (espero), de alianzas de capital no-petrolífero, y que en su desarrollo, en el nacer de la segunda década del siglo XXI, ha atentado contra el monopolio del capital imperialista del petróleo.  Ha habido ahí, una guerra industrial capitalista soterrada, con todos los ingredientes propios de toda guerra.  Y el hecho es que, en la lógica natural del capital, ninguna de las partes puede detenerse en la consecución de sus objetivos…, por más advertencias que se hagan, por más demencial que sean las consecuencias (= guerra internacional).

Y entonces, toca explicar ahora, este último hecho más esencial alojado en el fondo de la problemática internacional actual (si para entonces no ocurre otra cosa).




[a] Tan extraño como el que estamos escribiendo esto, trabajando con la batería de la computadora porque no hay energía eléctrica, y hoy, 15 de marzo, está lloviznando; ¿acaso adelantando la temporada en dos meses?
[b] Y no nos molestemos por el término, un giro literario por no decir “proletario”, y además, “proletario del mundo subdesarrollado”; ¿a qué poderoso le puede importar nuestra suerte?

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